SANTIAGO,
Claudia Peña, de 42 años, trabajaba como administradora en un hotel y ya era madre de tres hijos de 23, 17 y 13 años, cuando se enteró de que estaba embarazada del cuarto. Comenzó a tener crisis de pánico y cayó en una depresión.
Su familia y su entorno comenzaron a presionarla para que abortara, como ya lo había hecho anteriormente a través de un fármaco. Sin embargo, recordando lo terrible de esa experiencia prefirió buscar ayuda para dar a su hijo en adopción.
Así fue como llegó a la Fundación Chile Unido donde recibió apoyo sicológico para llevar adelante su embarazo, que concluyó con el feliz nacimiento de Isidora Antonia, a la cual finalmente no dio en adopción y que hoy es la alegría de la familia.
Claudia, junto a otras 80 madres de esta institución, celebraron la Navidad, la vida de sus hijos y el hecho de haber podido superar en conjunto los principales problemas del embarazo vulnerable, el pasado jueves 4 de diciembre.
Estas 80 madres representan a las más de 530 mujeres que han sido acompañadas por esta institución durante sus embarazos vulnerables en 2014.
Todas pasaron por situaciones similares: El temor a contarles del embarazo a los padres o a la pareja, la coerción por parte de familiares para abortar, el que las hayan echado de sus casas, dificultades económicas y las dudas sobre el futuro y la maternidad.