VATICANO,
El Ángelus de este primer domingo de Navidad estuvo marcado por la fiesta de la Sagrada Familia que celebra la Iglesia en todo el mundo. El Papa Francisco, pocos minutos después de recibir a la Asociación de Familias Numerosas de Italia, se ha asomado como cada domingo a la ventana del Apartamento del Palacio Apostólico.
El Papa aseguró que el mensaje que viene de la Sagrada Familia "es ante todo un mensaje de fe" ya que "en la vida familiar de María y José, Dios está realmente en el centro, y lo está en la persona de Jesús".
"Cuando padres e hijos respiran juntos este clima de fe, poseen una energía que les permite afrontar pruebas también difíciles, como muestra la experiencia de la Santa Familia por ejemplo en el hecho dramático de la huida a Egipto: una dura prueba".
Francisco señaló que "podemos imaginarnos a esta pequeña familia, en medio de tanta gente, en los grandes patios de aquel tiempo. No resalta a la vista, no se distingue… ¡y sin embargo no pasa inadvertida!".
"Dos ancianos, Simeón y Ana, movidos por el Espíritu Santo, se acercaron y se pusieron a alabar a Dios por aquel Niño, en el que reconocieron al Mesías, luz de las gentes y salvación de Israel", dijo, recordando el Evangelio de la liturgia de hoy.
"Es un momento sencillo pero rico en profecía: el encuentro entre dos jóvenes esposos llenos de alegría y de fe por la gracia del Señor; y dos ancianos también llenos de alegría y de fe por la acción del Espíritu Santo". ¿Quién los hace encontrar? Jesús: el joven y los ancianos".