VATICANO,
"La liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría". Con estas palabras comenzó el Papa Francisco la homilía de la Santa Misa de Navidad que celebró a las 21,30 horas de Roma en la Basílica de San Pedro.
Para el Santo Padre, "a lo largo del camino de la historia, la luz que disipa la oscuridad nos revela que Dios es Padre y que su paciente fidelidad es más fuerte que las tinieblas y que la corrupción".
Y precisamente "en esto consiste el anuncio de la noche de Navidad. Dios no conoce los arrebatos de ira y la impaciencia; está siempre ahí, como el padre de la parábola del hijo pródigo, esperando atisbar a lo lejos el retorno del hijo perdido".
El Pontífice pronunció un breve pero intenso texto ante las miles de personas que participaron de la celebración.
A continuación, la homilía completa de la Santa Misa de Nochebuena en la Solemnidad de la Natividad del Señor:
"El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les brilló". "Un ángel del Señor se les presentó [a los pastores]: la gloria del Señor los envolvió de claridad". De este modo, la liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría.