Cada 20 de diciembre se celebra a Santo Domingo de Silos, abad de origen español, perteneciente a la Orden de San Benito.
Domingo nació en Cañas, La Rioja (España), alrededor del año 1000. Ingresó como monje al famoso monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla, donde hizo grandes progresos en la vida espiritual.
A San Domingo se le reconoce por el don de la sabiduría, del que echó mano para estudiar con lucidez la Sagrada Escritura. Sin duda, algo que solo es posible si se acepta la guía del Espíritu Santo.
En San Millán llegó a ser prior. Para nadie que lo conociera era un secreto el amor que profesaba por su monasterio. Por eso, una de las primeras cosas que dispuso como autoridad fue la restauración del edificio que albergaba a los monjes, algo que logró en solo dos años, siendo que los problemas de la construcción habían subsistido por larguísimo tiempo.
“Sobre el alma no tienes ningún poder”
Cuenta la historia que el prior se enfrentó al mismísimo rey de Navarra, quien se apareció alguna vez a las puertas del monasterio para exigir la entrega de los ornamentos litúrgicos -cálices y copones- y cuanta cosa valiosa hubiera, con la intención de financiar los gastos de su próxima campaña militar.