SYDNEY,
El Arzobispo de Sydney (Australia), Mons. Anthony Fisher, celebró este martes la Misa por las víctimas del secuestro del Lindt Café, Tori Johnson y Katrina Dawson, quienes sacrificaron sus vidas por los demás rehenes, "imitando el sacrificio de Cristo, quien dijo que no hay amor más grande que dar la vida por los otros".
El lunes, el clérigo musulmán de origen iraní, Man Haron Monis, irrumpió el Lindt Café y tuvo secuestrados a 17 personas durante unas 16 horas, hasta que Johnson, administrador del local, "aparentemente viendo una oportunidad", se fue contra el secuestrador y agarró la pistola, recordó el Prelado.
"Trágicamente, esta se disparó causándole la muerte, pero esto provocó la respuesta de la policía y la libertad para el resto de rehenes. Los informes también han señalado que Katrina Dawson estaba protegiendo a una amiga embarazada de los disparos. Estos héroes estaban dispuestos a dar sus vidas para que otros puedan vivir, imitando el sacrificio de Cristo quien dijo que no hay amor más grande que dar la vida por los otros", afirmó Mons. Fisher.
En su homilía, el Prelado dijo que los habitantes de Sydney no estaban acostumbrados a relacionar las palabras "terrorista", "cerco", "rehenes" y "fuerzas de seguridad" con su ciudad.
Sin embargo, señaló, en el mismo centro de la ciudad se vio a los rehenes "inmovilizados durante horas contra las ventanas y obligados a sostener una bandera" que usa el nombre de Dios como amenaza. "Infierno nos había tocado", expresó.