Cada 14 de diciembre, la Iglesia Católica celebra a San Juan de la Cruz, religioso y poeta místico del renacimiento español. Él, junto a Santa Teresa de Ávila, emprendió la reforma de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas), empresa que desembocó en la fundación de la Orden de los Carmelitas Descalzos, de la que es cofundador.
San Juan de la Cruz es reconocido como uno de los representantes más importantes de la poesía mística occidental y definitivamente uno de los más grandes escritores en habla española. Su talento poético ha sido reconocido por escritores de todos los talantes y corrientes. Incluso poetas universales, tan disímiles como Rubén Darío y T.S. Elliot, reconocían en él una influencia decisiva.
Karol Wojtyla, el Papa San Juan Pablo II, dedicó su tesis doctoral en teología al estudio de la fe en las obras de este gran místico español.
La experiencia de la pobreza y el encuentro con Dios
San Juan nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), el 24 de junio de 1542. Como se ha señalado emprendió a lado de Santa Teresa de Jesús la reforma de la Orden Carmelita, esfuerzo que daría lugar a la fundación de los Carmelitas Descalzos.
Juan de Yepes Álvarez -nombre secular del santo- fue hijo de padres de ascendencia judía, conversos al cristianismo: don Gonzalo de Yepes, tejedor toledano, y doña Catalina Álvarez. Tuvo dos hermanos mayores, Francisco y Luis. Don Gonzalo había sido desheredado por su familia a causa de su matrimonio con Catalina y murió cuando Juan tenía solo 4 años. Aquella pérdida sumió a la familia en la pobreza y aunque doña Catalina pidió ayuda a los familiares de don Gonzalo nunca tuvo éxito.