MÉXICO D.F.,
En la obra "La vida oculta de Bergoglio", del periodista argentino Armando Puente, se cuenta un episodio de crisis interna que sufrió en Argentina el entonces P. Jorge Mario Bergoglio, ahora Papa Francisco. Fue el regalo de una medalla de la Virgen de Guadalupe lo que le alegró profundamente. Aquí la historia.
Tal como señala una noticia publicada en SIAME, uno de los relatos del libro es sobre los años en los que el padre Jorge Mario Bergoglio pasó oculto en la provincia de Córdoba (Argentina) y donde padeció una prolongada crisis interior, años después de dejar ser Provincial para Argentina de la Compañía de Jesús.
En la Residencia Mayor que la Compañía tenía en Córdoba, el P. Bergoglio se limitaba a servir celebrando Misa y confesando en el templo anexo. En la habitación que tenía asignado y ante el Santísimo, pasó horas orando y recordando su infancia, sus padres y sus abuelos inmigrantes.
El sacerdote jesuita Carlos Carranza asegura que P. Bergoglio sólo quería dedicarse a orar, de tal manera que lo creían enfermo. El director de la Residencia, P. José Sojo, preocupado y sabiendo que dormía poco y mal, le ofreció cambiarlo a una habitación interior para que pudiera descansar sin el ruido de la calle, pero el P. Bergoglio no quiso.
Según SIAME, sus hermanos religiosos sentían mucha pena por él, pues pasaba horas sentado en la galería de la casa mirando el vacío, con la mirada perdida. Hasta que cierto día, la doctora Selva Tissera, quien lo atendía de sus dolencias, le llevó al P. Bergoglio una imagen de la Virgen de Guadalupe.
"Estaba preocupada por la salud y estado emocional del padre Bergoglio y por eso le traje de México una medalla de la Virgen de Guadalupe, que compré cuando visité el santuario de la Patrona de América. Cuando se la di, Bergoglio se emocionó al punto de que se le empañaron los ojos y se la colgó al cuello", cuenta la doctora en el libro.