CARACAS,
El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa, señaló que el Sínodo de la Familia de octubre no cambió la doctrina católica sobre el sacramento del matrimonio ni sobre la recepción de la Eucaristía, sino simplemente hizo una primera aproximación a "los problemas pastorales actuales, a la luz de la misericordia" con que los pastores deben acercarse a los fieles.
"El Sínodo no ha cambiado la doctrina sobre la unidad e indisolubilidad del matrimonio, ni la enseñanza teológica y moral sobre las condiciones para la recepción de la sagrada comunión", afirmó en una circular dirigida a los sacerdotes, diáconos y vicarías parroquiales de Caracas.
En el texto, el Cardenal explicó que en el evento de octubre "se abordaron muchos temas, ente los cuales destaca la situación de las familias en el mundo, la belleza, misión y dignidad de la familia, la familia como unidad evangelizadora, la defensa de la familia, etc".
Sin embargo, los medios de comunicación se centraron "en dos temas polémicos: el primero, la situación de los que, habiéndose casado por la Iglesia, se han divorciado y vuelto a casar, es decir, la admisión o no a la santa comunión eucarística de los divorciados vueltos a casar. El segundo: la situación y atención pastoral a los homosexuales".
Acceso a la Sagrada Comunión
En el primer caso, el Arzobispo recordó que "se abrió un diálogo sobre la atención pastoral a los divorciados y vueltos a casar, en la línea de la compasión y misericordia. Sin poner en duda la indisolubilidad del vínculo matrimonial se deseaba encontrar alguna manera de integrarlos mejor dentro de la Iglesia, yendo un poco más allá de la Familiaris Consortio".