Para ese entonces, una basílica se erigía sobre la Casa de Nazaret. Esta servía de protección para los restos de la pequeña casa de la Sagrada Familia. La basílica ya había sido reconstruida hasta en dos oportunidades -en 1090 y en 1263-, mientras que la casa permanecía intacta en su interior. Después del ataque sarraceno de 1291, los cruzados no pudieron volver a reconstruir la basílica y el hogar de María quedó desprotegido. Los cristianos pensaron que sucedería lo peor, es decir, que la casa sería destruída.
Mientras los cruzados terminaban por ser diezmados y perdían todo control sobre Tierra Santa, el Señor envió a sus ángeles para que movieran la casa a un lugar seguro. El 12 de mayo de 1291, los ángeles la trasladaron a un poblado llamado Tersatto, en Croacia, sorprendiendo a los habitantes que no podían explicar cómo había llegado la sencilla construcción a ese lugar. En el interior de la edificación se encontró un altar de piedra y, sobre este, una estatua de cedro de la Virgen María con el niño Jesús en brazos. El niño aparecía llevando en su mano izquierda una esfera de oro representando al mundo, con dos dedos de la mano derecha extendidos, como quien imparte la bendición.
Días después de la aparición de la casa, la Virgen se le apareció a un sacerdote del lugar y le reveló cuál era la procedencia de la edificación. María le dijo: "Debes saber que la casa que recientemente fue traída a tu tierra es la misma casa en la cual yo nací y crecí. Aquí fue la Anunciación del Arcángel Gabriel y aquí yo concebí al Creador de todas las cosas. Aquí, el Verbo se hizo carne… El altar que fue trasladado con la casa fue consagrado por Pedro, el Príncipe de los Apóstoles. Esta casa ha venido de Nazaret a tu tierra por el poder de Dios, para el cual nada es imposible”. El sacerdote, que había estado enfermo por mucho tiempo, se curó súbitamente. Comunicado el portento, comenzaron las peregrinaciones al lugar.
El 10 de diciembre de 1294, tres años y cinco meses después de los sucesos, la casa desapareció de Tersatto. Lejos de allí, en Loreto, Italia, unos pastores decían haber visto una casa volando sobre el mar, sostenida por unos ángeles, encabezados por San Miguel. Sobre ella creían haber visto a Jesús niño, cargado en brazos de la Virgen María. Numerosos testimonios, provenientes de otros lugares, también daban cuenta de que “una casa” iba cambiando de lugar misteriosamente. Se dice que primero estuvo en Banderuola, Porto Recanati, al noreste de Roma; y después fue vista en dirección hacia Loreto: primero, en medio de una finca, luego sobre una montaña. Finalmente apareció a las puertas de Loreto, al lado del camino, donde ha permanecido por más de 700 años.
Origen de la réplica
Dos años después de la llegada de la casa a Loreto, la Virgen se apareció a un ermitaño de nombre Pablo, que vivía en las cercanías, a quien le reveló el origen e historia de la casa. Enteradas las autoridades eclesiásticas del milagro, quisieron corroborar el testimonio del monje y enviaron emisarios desde Loreto a Tersatto para hacer averiguaciones. Allí los emisarios quedaron sorprendidos cuando encontraron una réplica de la casa que había aparecido en Loreto, incluso de las mismas proporciones, pero que había sido construida por los lugareños para reemplazar a la casa original que alguna vez estuvo allí.