En este Segundo Domingo de Adviento, el Evangelio nos interpela radicalmente: «Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos» (Lc 3, 4).
La “voz que resuena en el desierto” es la de Juan el Bautista, quien llama a la conversión e invita a los fieles a vivir alejados del pecado y preparar el corazón para recibir al Señor Jesús. Esa “voz” nos urge a reconciliarnos con Dios acercándonos al Sacramento de la Reconciliación (confesión).
Sugerencia práctica
En la segunda semana, la Iglesia motiva a la reconciliación con Dios mediante la Confesión, la cual nos devuelve la amistad con el Señor, debilitada por nuestro pecado, y nos fortalece para no volver a pecar. Meditemos en el Evangelio de hoy y hagamos la ‘Oración familiar para el Segundo Domingo de Adviento’. En ella encenderemos la segunda vela de la corona.
Encender la segunda vela de la corona de Adviento es un hermoso signo que nos ayuda a recordar la urgencia de convertirse, de adherirnos cada vez más a Jesús rechazando el pecado.
Reúne a la familia y recen juntos la Oración familiar del Segundo Domingo de Adviento.