MADRID,
El pasado día 12 de noviembre el Papa aceptó la dimisión de Mons. Manuel Ureña por el canon 402.1 del Derecho Canónico que explica la renuncia del cargo por "enfermedad u otra causa grave". Según declaró el mismo Arzobispo, él había presentado su renuncia dos años antes ya que había sufrido diversas intervenciones de corazón.
Recientemente medios de comunicación españoles ponían en duda los motivos del cese de la actividad de Mons. Ureña declarando que el Vaticano podría haber 'forzado' la dimisión del hasta entonces Arzobispo por motivo de un pago de indemnización a Daniel Peruga Martí, que era diácono en una parroquia de la localidad de Épila, Zaragoza.
En una nota firmada por el administrador diocesano, el P. Manuel Almor, se afirma que el ex diácono "Daniel Peruga Martí inició su vinculación con la archidiócesis de Zaragoza durante el curso 2006-2007, al ser admitido como seminarista", "esta misma persona, ya en su condición de diácono y en los primeros días de noviembre de este año, solicitó por propia voluntad, a través de una instancia dirigida al Santo Padre, la pérdida del estado clerical y la dispensa de la obligación del celibato".
La nota continúa explicando que "ante las informaciones publicadas en distintos medios de comunicación, el arzobispado de Zaragoza confirma y puede justificar el pago extraordinario de la cantidad de 60.000 € netos al diácono don Daniel Peruga Martí, a través de la nómina del mes de noviembre. Este es el único pago realizado con fondos del Arzobispado".
Fuentes cercanas afirmaron que el importe tenía como finalidad que el ex diácono "rehiciera su vida y se pagara el estudio de una carrera. Fue una cuestión de generosidad del Arzobispo" y subrayaron que "esta indemnización se hizo de una forma legal, se puede estar de acuerdo o no, pero esta decisión no es constitutiva de delito porque se ha hecho de manera regular. Si no, no se hubiera hecho a través del arzobispado y pagando los impuestos".
El párroco Miguel Ángel Barco López estaba preparando un informe en el que explicaba que el diácono Daniel Peruga "no reunía las condiciones suficientes para ser ordenado".