ROMA,
Benedicto XVI reafirmó su posición a favor de mantener la doctrina de la Iglesia y no dar la comunión a los divorciados en nueva unión. Así lo expresó al corregir las conclusiones de un ensayo que escribió en 1972, en el cual se expresaba a favor del cambio doctrinal que hoy promueve el Cardenal Walter Kasper.
En un artículo publicado este miércoles, el vaticanista Sandro Magister recordó que en 1972 Joseph Ratzinger se desempeñaba como profesor en la Universidad de Ratisbona (Alemania) y en su ensayo "sostenía que dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, en condiciones particulares, parecía estar 'plenamente en línea con la tradición de la Iglesia'".
"En particular con 'ese tipo de indulgencia que surge en Basilio donde, después de un periodo continuo de penitencia, al 'digamus' (es decir, a quien vive en un segundo matrimonio) se le concede la comunión sin la anulación del segundo matrimonio: con la confianza en la misericordia de Dios, que no deja sin respuesta la penitencia'".
Magister recordó que esta fue la primera y última vez "que Ratzinger se 'abrió' a la comunión a los divorciados y vueltos a casar". De hecho, seguidamente se adhirió plenamente a la prohibición de la comunión, reafirmada por el magisterio de San Juan Pablo II, durante cuyo pontificado fue Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Sin embargo, el texto de 1972 fue utilizado por el Cardenal Kasper en febrero "en el informe con el que introdujo el consistorio de los cardenales convocado por el Papa Francisco para debatir sobre el tema de la familia", en vista al Sínodo de octubre.
El Cardenal Kasper –advirtió el vaticanista- no tomó en cuenta los documentos que ya como Cardenal, Joseph Ratzinger suscribió para defender la doctrina del matrimonio y el acceso a la comunión.