VATICANO,
En la mañana de hoy y después del intenso viaje de tres días en Turquía, el Papa Francisco ha recibido a los obispos de la Conferencia Episcopal de Suiza que están en visita ad limina en Roma, a quienes dijo que "sin una fe viva en Cristo resucitado las hermosas iglesias y monasterios terminan convirtiéndose poco a poco en museos".
En el discurso que les ha dirigido el Pontífice, les ha animado a mantener viva la tradición de la Iglesia y a tomar muy en cuenta el trabajo de los laicos.
En sus palabras, el Santo Padre señaló que "sin una fe viva en Cristo resucitado las hermosas iglesias y monasterios terminan convirtiéndose poco a poco en museos; todas las obras dignas de alabanza y las instituciones pierden su alma dejando solamente entornos vacíos y personas abandonadas".
"La misión que se os ha confiado es pastorear el rebaño, caminando según las circunstancias, delante, en medio o detrás.... El pueblo de Dios no puede subsistir sin sus pastores, obispos y sacerdotes; el Señor ha dado a la Iglesia el don de la sucesión apostólica al servicio de la unidad de la fe y de su transmisión completa".
El Santo Padre aludió también a la importancia de los seminaristas y de su formación, que es "un reto para el futuro de la Iglesia" y les pidió tener paciencia con los sacerdotes y les recordó que "un dialogo humilde, verdadero y fraterno -observa- a menudo permite un nuevo comienzo'".
El Papa refirió asimismo que "la Iglesia procede de Pentecostés... Cuando los apóstoles salieron y empezaron a hablar en todas las lenguas, pudieron manifestar a todos los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo, su fe viva en Cristo resucitado. El Redentor nos invita siempre de nuevo a anunciar el Evangelio a todos".