El 29 de noviembre de 1268, hace exactamente 755 años, se inició el cónclave más largo de la historia, que duraría 34 meses, casi tres años, y en el que resultó elegido el Papa Gregorio X.
¿Qué es el cónclave?
El cónclave es la asamblea de los cardenales reunidos para la elección del Romano Pontífice. Los purpurados deben reunirse 15 días después de la muerte o renuncia del Santo Padre, aunque el Colegio de Cardenales tiene la potestad de establecer otra fecha, que no puede retrasarse más de 20 días.
El lugar habitual del cónclave es la Capilla Sixtina en el Vaticano, aunque en el pasado se realizaron en el Palacio del Quirinal en Roma. El último celebrado fuera de la Ciudad Eterna se llevó a cabo en Venecia, en marzo de 1800, tras la muerte del Papa Pío VI.
Para que sea válida la elección del nuevo Sucesor de Pedro, éste debe reunir dos tercios de los votos.
Después de cada votación se queman las papeletas. Si el humo que se ve salir de la chimenea es negro, entonces se sabe que aún no hay un nuevo Papa. Y si el humo es blanco, entonces ya se ha elegido a un nuevo Sucesor de San Pedro.