ROMA,
Con ocasión del Año de la Vida Consagrada, el Papa Francisco concederá indulgencia plenaria a todos los miembros de las instituciones de vida consagrada y a los demás fieles católicos.
Para obtener la indulgencia, se debe cumplir primeramente con las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre.
Desde el domingo 30 de noviembre de 2014, Primero de Adviento, y hasta el 2 de febrero de 2016, los fieles católicos de todo el mundo podrán obtener las indulgencias para ellos mismos o para las almas del Purgatorio.
El decreto dado a cocer hoy por la Santa Sede lleva la firma del Penitenciario Mayor, Cardenal Mauro Piacenza, y precisa las prácticas que pueden realizarse para recibir esta importante gracia.
El texto indica que para obtener la indulgencia en Roma se debe participar en las reuniones y celebraciones internacionales establecidas en el calendario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; además de meditar por un período de tiempo apropiado concluyendo con un Padrenuestro, la Profesión de fe e invocaciones a la Virgen María.
El resto de fieles, que son la gran mayoría, que no estén en Roma sino en sus propias iglesias particulares, podrá obtener la indulgencia cada vez que en los días diocesanos dedicados a la vida consagrada y en las celebraciones diocesanas organizadas para el Año de la Vida Consagrada visiten la Catedral u otro lugar sagrado designado por el obispo y recen públicamente allí la Liturgia de las Horas.