VATICANO,
Con motivo del viaje del Papa Francisco a Turquía del 28 al 30 de noviembre, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, afirmó que el Santo Padre será un mensajero de paz en medio a la delicada situación de Oriente Medio, golpeado en los últimos meses por el accionar del Estado Islámico (ISIS).
El objetivo principal del viaje es el diálogo ecuménico con la Iglesia Ortodoxa. Sin embargo, Turquía tiene límites con Irak y Siria, por lo que será lo más cercano geográficamente que Francisco estará de los cristianos y otras minorías perseguidas por el ISIS.
"Ciertamente la situación continúa siendo grave, y el Papa aprovechará este viaje para continuar su misión de mensajero de paz. La solución la conocemos. Es más fácil y más difícil de lo que parece. Abandonar las armas y abrir un diálogo, conseguir una negociación. Es impensable que pueda haber una solución armada, que exista una solución unilateral impuesta por la fuerza de una de las partes", explicó el Cardenal Parolin en declaraciones difundidas el 27 de noviembre por L'Osservatore Romano.
Recordó que la Santa Sede "en el caso del Estado Islámico siempre ha llamado al principio de frenar al agresor injusto para respetar los derechos internacionales. En la lucha contra las causas de este fenómeno terrorista no podemos esperar una respuesta exclusivamente ligada al aspecto militar, el de la fuerza, sino que es necesario tratar de entender y resolver las causas de este fenómeno".
"Creo que es justo también denunciar a quienes pueden ser un apoyo para el Estado Islámico, tanto de tipo político como económico. También es importante el diálogo interreligioso, la capacidad por parte de todos y sobretodo de los líderes musulmanes de denunciar la manipulación de la religión y el uso del nombre de Dios para favorecer la violencia contra los demás", añadió.
La autoridad vaticana aseguró que la Iglesia está comprometida y hace un gran esfuerzo para sensibilizar a la comunidad internacional, así como socorrer las necesidades de los prófugos y los refugiados. "Las agencias católicas de ayuda, Caritas y otras organizaciones internacionales están trabajando en este terreno, especialmente para afrontar el invierno que ha llegado, y hará más precaria y difícil su situación".