“Estaba vestida con una túnica blanca y un velo del mismo color que la cubría desde la cabeza hasta los pies. Su rostro era bellísimo. Los pies aparecían apoyados encima de una esfera o globo, mientras pisaban a una serpiente. Sus manos, a la altura del corazón, sostenían una pequeña esfera de oro, coronada con una cruz. Los dedos de las manos estaban adornados con anillos con piedras preciosas, desde las que salían destellos de luz”.
La Medalla Milagrosa
La Medalla Milagrosa es una medalla devocional, un objeto de piedad cuya finalidad es disponer a los devotos a acoger la gracia de Dios; un signo visible del deseo de cada devoto a cooperar con esa gracia, secundando a María en la misión que Dios le ha encomendado en el mundo. El diseño fue realizado por el orfebre Adrien Vachette, de acuerdo a las indicaciones de Santa Catalina Labouré.
Le dijo la Virgen a Catalina: “Este globo que ves (a mis pies) representa al mundo entero, especialmente a Francia, y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no las piden”. En ese momento, la esfera o globo de oro que tenía la Virgen en las manos -prosigue el relato de Catalina- se desvaneció, y sus brazos se extendieron, abiertos, mientras los rayos de luz continuaban cayendo sobre el globo blanco a sus pies.
De pronto apareció una forma ovalada en torno a la figura de la Virgen, con una inscripción en el borde interior que decía: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti". Estas palabras formaban un semicírculo que empezaba a la altura de la mano derecha de la Virgen, pasaba por encima de su cabeza y terminaba a la altura de la mano izquierda. María, mostrándose de esa manera, le pide a Catalina que acuñe una medalla según la imagen que estaba contemplando.
Entonces, la imagen de la Virgen giró y Catalina pudo ver el reverso. En este estaba inscrita la letra “M”, con una cruz que se alzaba desde la mitad. Por debajo de la inscripción estaban el Corazón de Jesús, circundado con una corona de espinas, y el Corazón de María, traspasado por una espada. Alrededor, formando un contorno, aparecían doce estrellas.