ROMA,
El joven abogado argentino Ignacio Ibarzábal, fundador de Grupo Sólido, anima desde el Vaticano a sumarse a la "rebelión del amor", un concepto del amor que apuesta por el matrimonio para toda la vida y anima a los jóvenes de hoy día a ir a contracorriente de las relaciones esporádicas.
"No hay nada más sustancial y significativo en la vida que dos personas que se quieren, que se comprometen a quererse más uno al otro para toda la vida, de manera fiel pase lo que pase y con la misión de hacer feliz al otro", señaló Ibarzábal, de 29 años de edad, en declaraciones a ACI Prensa el 18 de noviembre desde el Aula Pablo VI del Vaticano.
"Hay que recuperar la esencia del matrimonio, por algo es una institución milenaria, que en muchas culturas ha funcionado, y creo que la esencia del matrimonio pasa por la libertad que tenemos para amar al otro, para elegirlo, y para a partir de eso entregarnos, que lo esencial en el matrimonio es el sentimiento matrimonial", afirmó.
Ibarzábal compartió estas ideas en el Congreso Internacional "Humanum", una iniciativa promovida por la Congregación para la Doctrina de la Fe y dedicada la complementariedad entre el hombre y la mujer, que reúne del 17 al 19 de noviembre en el Vaticano a más de 350 líderes de diversas religiones y académicos de todo el mundo, para profundizar en el tema de la familia y el matrimonio.
Este joven argentino, que recorre las principales universidades de todo el mundo para compartir su teoría sobre el amor, impartió una charla sobre la necesidad de actuar, "hemos perdido demasiado tiempo defendiendo nuestras ideas en lugar de ponerlas al servicio de los demás", dijo. En este sentido, compartió los resultados de una encuesta elaborada a jóvenes de 15 años en Argentina, donde el 100 por ciento afirmó estar de acuerdo en querer en el amor para toda la vida, pero el 80 por ciento descartó que esto fuera posible.
"Yo tengo 29 años, y el gran tema a mi edad es la pregunta del matrimonio. Es decir, ¿vale la pena casarme? ¿Me aporta alguna ventaja en particular para mi vida concreta? Yo pienso que es un gran desafío, porque por un lado somos la primera generación masiva de hijos divorciados y tenemos miedo y desconfianza ante el matrimonio, ante que el amor pueda durar, y también nos cuesta ver qué diferencias prácticas hay y por último, realmente hoy parece que el matrimonio es una institución muy formal y cuesta muy caro casarse tal y como la gente lo entiende", explicó.