ROMA,
El pasado 23 de noviembre el Papa Francisco canonizó en la Plaza de San Pedro a seis nuevos santos, entre quienes se encuentra Amato Ronconi, un franciscano italiano que murió hace más de 700 años al que se le atribuye la sanación milagrosa de un bebé afectado de una hernia en la ingle sin operación alguna.
Según un riguroso estudio elaborado por médicos y expertos, en 1949, el pequeño Alessandro Raimondi -natural de Módena-, sufría una hernia inguinal con hidrocele que necesitaba una operación para salvar su vida.
Un amigo de la familia, Amato Morotti, nacido en Saludecio (Rimini), la ciudad donde nació el santo, pidió a la madre del niño la ropa del hijo para hacerla bendecir en el convento donde descansan los restos mortales del santo.
Días antes de la operación, la madre vistió al niño con los trajes y a la mañana siguiente, descubrió que la hernia había desaparecido por completo. Los médicos no fueron capaces de dar una explicación científica a la sanación, puesto que solo una intervención quirúrgica puede resolver una hernia inguinal, un paso que nunca llegó a realizarse.
Aunque el suceso se remonta a varias décadas atrás, la confirmación de la sanación estrictamente completa no llegó hasta nuestros días, cuando este niño, ahora casado, ha demostrado su descendencia que la enfermedad no afectó a su fertilidad.
Durante la ceremonia, las reliquias del santo –algunos huesos del pie-, recogidos del convento de Saludecio, fueron llevadas hasta el altar por Fabio Raimondi, hijo del hombre sanado.