ESTRASBURGO,
"Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la 'soledad'", advirtió este martes el Papa Francisco en su discurso en el Parlamento Europeo, en el que denunció la "cultura del descarte" que predomina en el continente y que afecta a los enfermos terminales, a los ancianos abandonados y a "los niños asesinados al nacer".
En su discurso, el Santo Padre subrayó el significado de la "dignidad del hombre" y lo que conlleva. "Hablar de la 'dignidad trascendente del hombre', significa apelarse a su naturaleza, a su innata capacidad de distinguir el bien del mal, a esa 'brújula' inscrita en nuestros corazones y que Dios ha impreso en el universo creado". Para ello ha hablado de nuevo de la "cultura del descarte" que afecta a ancianos y a niños a los que no les permiten nacer.
Según el Papa, "una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la 'soledad', propia de quien no tiene lazo alguno. Se ve particularmente en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también en los jóvenes sin puntos de referencia y de oportunidades para el futuro; se ve igualmente en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los ojos perdidos de los inmigrantes que han venido aquí en busca de un futuro mejor".
Para Francisco, "ésta soledad se ha agudizado con la crisis económica" y con el paso de los años se ha producido también una creciente "desconfianza de los ciudadanos respecto a instituciones, consideradas distantes, dedicadas a establecer reglas que se sienten lejanas de la sensibilidad de cada pueblo, e incluso dañinas".
"Desde muchas partes se recibe una impresión general de cansancio y de envejecimiento, de una Europa anciana que ya no es fértil ni vivaz, por lo que grandes ideales que han inspirado Europa parecen haber perdido fuerza de atracción, en favor de los tecnicismos burocráticos de sus instituciones", afirmó.
En relación a esto, dijo que "algunos estilos de vida un tanto egoístas, caracterizados por una opulencia insostenible" constatan que existe un "predominio de las cuestiones técnicas y económicas en el centro del debate político, en detrimento de una orientación antropológica auténtica".