ROMA,
El pasado 17 de noviembre el Papa Francisco bendijo dos esculturas de especial significado en el pueblo de Castel Gandolfo, a pocos kilómetros de Roma, donde los anteriores pontífices solían reposar durante los meses del verano.
Según informó el diario de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, el Papa Francisco visitó dicho municipio por sorpresa, después de rezar el Ángelus junto a los miles de fieles que cada domingo se reúnen en la Plaza de San Pedro.
Las dos obras de arte consisten la reproducción de una figura de Cristo Obrero y otra de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, elaboradas ambos con la ayuda de presos de las cárceles argentinas y jóvenes con problemas penales.
Las esculturas fueron elaboradas a partir de material de descarte, un detalle que no pasó inadvertido por el Pontífice argentino. "Estas imágenes –afirmó el Papa Francisco-, son un signo de la creatividad de la que somos capaces, también a partir de materia prima de desecho, abandonada. Son un símbolo de la genialidad que Dios ha querido poner en la mente de un artista".
Las dos esculturas realizadas en hierro por el artista argentino Alejandro Marmo pasarán a formar parte de los jardines de las Villas Pontificias del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo.
El Santo Padre almorzó en el molino de la factoría pontificia adyacente a las villas, y después alcanzó a pie el helipuerto, donde encontró a unos 40 conocidos provenientes de Argentina y procedió a la bendición de las esculturas.