CHICAGO,
El Cardenal Francis George celebró el domingo su última Misa pública como Arzobispo de Chicago (Estados Unidos), donde agradeció a los fieles por ser el "don" de Dios para él.
"Todo sacerdote y obispo recibe el don de la gente que está llamado a cuidar por amor al nombre de Cristo", afirmó el Purpurado en su homilía, informó el Chicago Tribune.
"En algún momento, Cristo me preguntará: ¿Qué has hecho con mi pueblo? ¿Son ellos más santos gracias a tu ministerio? ¿Son más generosos, aman más a su prójimo? En pocas palabras, ustedes son mi legado", expresó a los fieles reunidos en la Catedral de Chicago.
El Cardenal George, de 77 años, ha encabezado la Arquidiócesis de Chicago desde 1997. Presentó su renuncia hace dos años al cumplir los 75 años de edad, como señala el Código de Derecho Canónico. El Purpurado está sufriendo un cáncer por tercera vez y usa muletas para poder caminar. A menudo ha expresado su deseo de ser el primer Arzobispo de Chicago en renunciar, en lugar de morir en el cargo.
El Cardenal dijo que la gente tiene diferentes puntos de vista sobre su ministerio, "algunos me puede apreciar y otros no". Indicó que se ha preguntado a sí mismo "¿Con qué he sido confiado? ¿Y qué he hecho con este don?
El Arzobispo dijo que a veces ha sido "demasiado temeroso para hablar, actuar, amar generosamente", pero ha ayudado a la gente a "conocer y vivir mejor su fe, capaces de adorar a Dios in espíritu y verdad, capaces de darse a sí mismos para la salvación de los demás".