REDACCION CENTRAL,
Cada 13 de noviembre, la Iglesia, pero de manera especial la familia salesiana, celebra al recientemente canonizado Artémide Zatti, hermano coadjutor salesiano y enfermero ítalo-argentino, que dedicó su vida a servir a Cristo presente en el enfermo. Su fiesta universal ha sido establecida para el día 15 de marzo de cada año.
El ministerio de San Artémide se desarrolló en Argentina, país sudamericano que lo acogió como a uno de sus hijos. El Papa Francisco, en tiempos en los que era el Padre Bergoglio, tuvo la oportunidad de saber de él y pedirle que, una vez que estuviera en presencia De Dios, intercediera por una gracia especial, la que Dios después concedió.
Inmigrante
Artémide Zatti nació en Boretto (Italia), en 1880, en el seno de una familia campesina. A los nueve años ya trabajaba en la pequeña granja familiar. Sin embargo, esta era muy pobre y todos los esfuerzos de la familia parecían insuficientes para obtener los recursos necesarios para vivir. Por esta razón, los Zatti decidieron emigrar a Argentina e iniciar allí una nueva vida.
Ya establecido en Sudamérica, Artémide empezó a frecuentar una parroquia salesiana. En ella brotó la inquietud vocacional al sentirse atraído por el estilo de vida y la espiritualidad de la congregación que fundó San Juan Bosco. Años más tarde, sería aceptado como aspirante y, cuando cumplió veinte años, ingresó a la casa de la Orden en Bernal.
Una promesa hecha a la Virgen