VATICANO,
En un mensaje enviado a los obispos de la Conferencia Episcopal de Italia (CEI) que se encuentran desde ayer reunidos en la 67° Asamblea General, el Papa Francisco advirtió del peligro que corren los sacerdotes de convertirse en "turistas del espíritu".
En el texto, leído en la tarde de ayer por al Cardenal Angelo Bagnasco, Presidente de la CEI, el Pontífice ha dado algunas claves para que los sacerdotes desarrollen bien su ministerio.
Para el Papa, gracias a los sacerdotes "la maternidad de la Iglesia llega a todo el pueblo de Dios", pero "los sacerdotes santos son pecadores perdonados e instrumentos de perdón. Su existencia habla el lenguaje de la paciencia y la perseverancia; no son turistas del espíritu, eternamente indecisos e insatisfechos, porque saben que están en las manos de Aquel que cumple sus promesas y cuya Providencia significa que nada puede separarlos de esa pertenencia".
El Santo Padre señala luego que "todavía es tiempo de sacerdotes de esta envergadura, 'puentes' para el encuentro entre Dios y el mundo", pero así mismo advirtió de la necesidad de una buena formación porque "sacerdotes como esos no se pueden improvisar: los forja la valiosa labor de la formación en el seminario, y la ordenación los consagra para siempre como hombres de Dios y servidores del pueblo".
Por ello, son personas a las que "hemos visto pasar la vida entre la gente de nuestras parroquias, educar a los niños, acompañar a las familias, visitar a los enfermos en sus casas y en el hospital, hacerse cargo de los pobres", conscientes de que "separarse de los demás para no ensuciarse es la suciedad mayor".
El Papa Francisco se refirió luego al servicio de los sacerdotes y explicó que "la identidad del presbítero, precisamente, porque viene de lo alto, le exige un camino diario de reapropiación, partiendo de lo que ha hecho de él un ministro de Jesucristo".