MÉXICO D.F.,
La diócesis de Ciudad Altamirano (México) hizo un urgente llamado de auxilio a las autoridades de gobierno en todos sus niveles, para que atiendan a los pueblos de la Sierra de Guerrero, y así evitar enfrentamientos violentos, considerando que los habitantes de algunas localidades han decidido levantarse en armas a manera de protesta por las graves condiciones de marginación e inseguridad.
Según señala el SIAME, los vecinos del poblado de Lindavista, en el municipio de San Miguel Totolapan, incluyendo niños y jóvenes, han decidido protegerse por sus propios medios, utilizando armas de bajo calibre, machetes, armas blancas, palos, etc., "cansados del abandono del gobierno y del acoso de los grupos delincuenciales".
Los habitantes de la zona, conocida como "Tierra caliente", aseguraron en un comunicado que quieren vivir en paz, libertad para trabajar y salir adelante, por lo que exigen a los gobiernos estatal y federal que no los dejen en la marginación y el olvido, e invitan a los pueblos vecinos a unirse a "la lucha por la paz social".
El P. Fidencio Avellaneda Reynoso, coordinador de la Pastoral de la Comunicación en la diócesis de Ciudad Altamirano, dijo al semanario Desde la fe que la situación es preocupante en la mayoría de las localidades que pertenecen al municipio de San Miguel Totolapan por la presencia de grupos del crimen organizado como la Familia Michoacana, Guerreros Unidos y otros que "buscan vivir de la extorsión, el secuestro y el narcotráfico".
"Llegan a hacer atropellos, se pelean por los terrenos de esa zona, se dedican a sembrar enervantes, amapola, atemorizan a la población, saquean hogares, escuelas, se llevan a las jóvenes y hacen con ellas lo que quieren, sin que los papás puedan defenderlas; ya ha habido asesinatos de algunos que lo intenta, porque esa gente tiene armas de grueso calibre", denunció el sacerdote.
Todo esto ocurre sin que las autoridades pongan los ojos en la alejada Sierra de Guerrero, que se ha convertido en "tierra de nadie", dejando a los pobladores sin fuente de trabajo, viéndose obligados a cerrar sus negocios y emigrar porque ya no soporta las extorsiones.