ROMA,
Este lunes, durante la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a los fieles a no dejarse seducir por la vanagloria ni fomentar las rivalidades al interior de la Iglesia, sino más bien actuar con espíritu de concordia y servicio a los demás, como San Martín de Porres, el "humilde fraile dominico".
"Su espiritualidad estaba en el servicio, porque sentía que todos los otros, incluso los más grandes pecadores, eran superiores a él. Lo sentía de verdad", afirmó Francisco al referirse al santo mulato de origen peruano cuya fiesta la Iglesia celebra hoy.
Su vida
San Martín nació en Lima en 1579. Desde niño sintió predilección por los enfermos y los pobres. Aprendió el oficio de barbero y algo de medicina. A los quince años pidió ser admitido como "donado", es decir, como terciario en el convento de los Dominicos.
En su servicio de enfermero no hacía diferencia entre pobres y ricos, aunque tuvo que pasar por experiencias de incomprensión y envidia. En 1603 hizo su profesión religiosa.
Con ayuda de Dios, realizaba algunos milagros de curaciones instantáneas o en ocasiones bastaba su presencia para que el enfermo desahuciado empezara a recuperarse. Hay quienes lo vieron entrar y salir de recintos con las puertas cerradas, mientras que otros aseguraron haberlo visto en dos lugares distintos a la misma vez.