VATICANO,
El Papa Francisco presidió hoy el rezo del Ángelus dominical, en la Fiesta de los Fieles Difuntos, y aseguró que "la muerte no es la última palabra sobre el destino del ser humano".
"El hombre está destinado a una vida sin límites, que tiene sus raíces y su realización en Dios", señaló.
El Santo Padre recordó que "ayer celebramos la solemnidad de Todos los Santos, y hoy la liturgia nos invita a conmemorar a los fieles difuntos. Estos dos sucesos están íntimamente relacionados uno con el otro, así como la alegría y las lágrimas encuentran en Cristo Jesús, una síntesis que es el fundamento de nuestra fe y nuestra esperanza".
"Por un lado, en efecto, la Iglesia, peregrina en la historia, se regocija por la intercesión de los santos y beatos que apoyan la misión de anunciar el Evangelio; por otro, que, como Jesús, compartiendo las lágrimas de los que sufren la separación de sus seres queridos, y por Él y gracias a Él, da las gracias al Padre que nos ha sacado del dominio del pecado y de la muerte".
Francisco señaló que "entre ayer y hoy muchos hacen una visita al cementerio, que, como dice la misma palabra, es el 'lugar de descanso', esperando el despertar final. Es agradable pensar que el mismo Jesús nos despertará. Jesús mismo reveló que la muerte del cuerpo es como un sueño del que Él nos despierta".
"Con esta fe nos detenemos - incluso espiritualmente - en las tumbas de nuestros seres queridos, de cuantos han deseado el bien y han hecho el bien".