MÉXICO D.F.,
Las familias de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero merecen respeto y que se encuentre pronto a los jóvenes, expresó ayer el Consejo de Presidencia del Episcopado Mexicano en un comunicado donde también llamó a los fieles a pedir a Dios que ilumine a las autoridades y consuele a los hogares afectados.
En su comunicado, los obispos expresaron su preocupación por esta tragedia que se inició el pasado 26 de septiembre, cuando 43 estudiantes de una escuela rural para profesores de primaria del estado de Guerrero desaparecieron.
"Al tiempo de expresar nuestra preocupación por toda forma de violencia, corrupción, actividad ilícita, nexos con el crimen organizado e impunidad, hacemos un llamado a las autoridades a redoblar esfuerzos para encontrar a los estudiantes desaparecidos, sancionar a los culpables y hacer prevalecer el estado de derecho, a fin de garantizar la seguridad y una vida digna a todos los mexicanos y mexicanas", señalaron los prelados.
Asimismo, pidieron respetar el dolor de las familias afectadas y "no lucrar políticamente con esta desgracia, ni convertirla en bandera para causar daños a terceros o provocar desestabilización, lo que alejaría aún más la necesaria justicia, equidad, seguridad y paz que México requiere para alcanzar un desarrollo del que nadie quede excluido".
Finalmente, los obispos invitaron a los fieles a pedir la intercesión de la Virgen de Guadalupe para que "Dios que bendiga a los jóvenes desaparecidos, fortalezca a sus familias, ilumine a las autoridades, convierta a los que hacen el mal y dañan a tantas personas, y nos asista a todos para que, unidos en la legítima diversidad, hagamos lo que nos corresponde en la construcción de una nación mejor. Por México, ¡actuemos!".
Los jóvenes tienen entre 18 y 23 años y eran estudiantes de una escuela rural para maestros de primaria. Desaparecieron luego de un operativo policial ordenado por el entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, hoy prófugo y que dejó seis muertos y 25 heridos.