LIMA,
El 30 de diciembre de 2013 Mirian Rosas Chacón perdió a su hijo con 17 semanas de gestación. Una norma del Ministerio de Salud señala que el no nacido debe tener al menos 22 semanas o pesar 500 gramos para que sea entregado. Sin embargo, esto no amilanó a la joven madre que tras diez meses de lucha legal logró que el Estado peruano respete su derecho a sepultar el cuerpo del pequeño.
En declaraciones al noticiero "Buenos Días, Perú", Mirian recordó este viernes su indignación cuando se enteró que no podía enterrar a su hijo por los límites establecidos en la normativa de 2001 sobre manejo de fallecimientos dentro del vientre materno.
Esta señala que recién se considera feto cuando el no nacido supera las 22 semanas de gestación y los 500 gramos de peso. Si no cumple esos requisitos –indica la norma-, es "residuo biológico". Antes de ese tiempo, denunció la madre, "no se realiza la entrega y ellos se quedan con el cuerpo".
En ese sentido, Mirian criticó que a su hijo lo hayan considerado "como cualquier objeto que lo pueden manipular, que no tiene derechos humanos que se deben respetar a plenitud". Dijo que para el asesor legal de la red asistencial en Arequipa de Essalud "hay vacíos" en la legislación. "Por ello me parece que interpretan a su manera lo que es el respeto a la vida en todo sentido", señaló.
Indicó que las autoridades deberían escuchar a los padres y acceder "si hay un pedido de los familiares de querer enterrar" a su hijo, respetando su libertad religiosa.
Durante el proceso de conciliación la gerencia de Essalud de Arequipa propuso únicamente entregarle un acta de defunción. Esto no fue aceptado porque para enterrar al bebé, el cementerio exige entre los documentos un certificado de defunción fetal.