ROMA,
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Mons. Rodolfo Valenzuela Núñez, describió el drama de los niños migrantes latinoamericanos y abogó por una legislación que proteja a los menores que arriesgan la vida por llegar hasta Estados Unidos.
En declaraciones a ACI Prensa en el Vaticano, Mons. Valenzuela explicó que "además de los peligros normales del camino o la ilegalidad, los migrantes están sometidos a los abusos de las autoridades en el transcurso del camino por México, los narcotraficantes los secuestran para meterlos dentro de su tráfico de drogas, o en el caso de las jovencitas o las mujeres para la prostitución u otros niveles, y como son ilegales y están desamparados por la legalidad no tienen otras opciones".
El Obispo de Verapaz dijo que "muchas veces, los papás que trabajan en los Estados Unidos, envían los dólares para que los familiares que quedan paguen a lo que nosotros llamamos un 'coyote', que es un traficante de personas. Este coyote recibe el dinero y lleva a los niños a través de todo el territorio mexicano hasta los Estados Unidos, donde muchas veces llegan a las casas de los papás, que son ilegales; otras veces son detenidos por las autoridades de los Estados Unidos y son deportados; mientras que otras veces se quedan presos en circunstancias inseguras".
Mons. Valenzuela hizo estas declaraciones desde el Sínodo Extraordinario dedicado a los desafíos pastorales para la familia en el contexto de la evangelización, celebrado del 5 al 19 de octubre en el Vaticano.
"Se trata de una emigración forzada e ilegal. Los niños padecen en el camino, hace poco un menor de edad murió abandonado y deshidratado en México durante esta travesía por el desierto", denunció. El menor era Gilberto Francisco Ramos, de 15 años de edad, quien murió en el desierto de Texas. Su cuerpo fue hallado junto a un rosario blanco que le regaló su madre al despedirlo de San José de Las Flores. Gilberto murió de sed y de hambre, y su cadáver fue devuelto a Guatemala.
Durante el Sínodo, Mons. Valenzuela compartió con el resto de padres sinodales los problemas que provienen de la pobreza generalizada y la migración, de las cuales provienen consecuencias "muy serias sobre la familia".