VATICANO,
En la audiencia general de este miércoles, en el día de la memoria litúrgica de San Juan Pablo II, el Papa Francisco exhortó a no olvidar la herencia espiritual de este Pontífice al que canonizó el pasado 27 de abril, y recordó su invitación a abrir las puertas a Cristo, así como su invocación al Espíritu Santo y la Divina Misericordia para el mundo entero.
El Santo Padre hizo este llamado en su saludo a los peregrinos en la Plaza de San Pedro llegados desde Polonia: "saludo cordialmente a los peregrinos polacos presentes en esta audiencia. Hoy celebramos la memoria litúrgica de San Juan Pablo II, que invitó a todos a abrir las puertas a Cristo".
Francisco recordó que "en su primera visita a su patria invocó al Espíritu Santo para que descendiera a renovar la tierra de Polonia. Recordó a todo el mundo el misterio de la Divina Misericordia. ¡Que no se olvide su herencia espiritual, sino que nos impulse a la reflexión y a la acción concreta por el bien de la Iglesia, de la familia y de la sociedad! ¡Alabado sea Jesucristo!"
Renovando su exhortación a invocar al Espíritu Santo, para que la gracia y abundancia de sus dones ayuden a vivir realmente como Cuerpo de Cristo, signo visible de su amor, el Papa Francisco se dirigió en especial a la comunidad diocesana de Tempio-Ampurias (Italia) y expresó su cercanía a los empleados de la compañía aérea Meridiana, "que están viviendo horas de preocupación por su futuro laboral".
El Pontífice hizo un llamado para que "se pueda encontrar una solución justa, que tenga en cuenta ante todo la dignidad de la persona humana y las imprescindibles necesidades de tantas familias. Por favor, dirijo un llamamiento: ¡ninguna familia sin trabajo!".
En su habitual saludo a los jóvenes, los enfermos y los recién casados, el Santo Padre recordó que en octubre todos están invitados a renovar la activa cooperación en la misión de la Iglesia; y alentó a la oración para ser misioneros del Evangelio, ofreciendo ayuda concreta a cuantos se esmeran en llevarlo a los que aún no lo conocen.