Cada 22 de octubre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan Pablo II, el Pontífice que viajó por el mundo entero llevando un mensaje de paz y reconciliación, el hombre que habiendo sufrido las consecuencias de los totalitarismos del siglo XX, puso a la Iglesia de cara al siglo XXI.
San Juan Pablo II, como heredero del Concilio Vaticano II, contribuyó enormemente a su asimilación, desarrollando un nutrido y sólido magisterio. Con los pies puestos en el suelo firme de la Tradición de la Iglesia y el Evangelio, supo proyectarse al futuro convocando a todos a ser parte de una “Nueva Evangelización” para el Tercer Milenio.
Juan Pablo II, el Papa Peregrino, fue también un defensor incansable de la vida y la familia en todos los frentes. Así lo testimonian sus palabras: “El matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son el fruto precioso del matrimonio".
Más allá de la guerra
Karol Jósef Wojtyla, el Papa Juan Pablo II, nació en Wadowice (Polonia) en 1920. Sus padres, católicos fervorosos, lo educaron en la calidez de la fe. Su juventud estuvo marcada por el ambiente desolador y trágico producido por la Segunda Guerra Mundial y la invasión nazi de Polonia. Aun así, pudo ingresar al seminario y seguir su formación de manera clandestina.