Cada 21 de octubre la Iglesia recuerda a Santa Úrsula de Colonia, santa del siglo IV, patrona de las estudiantes y la juventud femenina.
De acuerdo a una antigua tradición, muy popular en la Edad Media, Santa Úrsula fue una jovencita que padeció el martirio junto a un grupo de vírgenes consagradas a Dios como ella.
Úrsula, cuyo nombre quiere decir “osezna” u “osita” en latín, nació en el seno de una familia perteneciente a la nobleza, en el siglo IV, en la actual Colonia (Alemania). En ese tiempo aquella región europea estaba anexada al Imperio romano.
Virginidad y martirio
La cuna de Úrsula fue pagana, pero ella se convirtió al cristianismo y quiso consagrar su virginidad al Señor. Al ser pretendida por un príncipe bretón, decidió viajar a Roma con el propósito de encontrar el apoyo del Papa y poder mantener su promesa de no contraer matrimonio y dedicar su vida a Dios.
La santa emprendió el viaje acompañada por sus doncellas. En Roma fue recibida por el Papa Siricio, quien la bendijo y la invitó a ser predicadora del Evangelio.