Cada 21 de octubre, la Iglesia Católica celebra a Santa Laura de Santa Catalina de Siena (1874-1949), más conocida como Santa Laura Montoya o, simplemente, como la “Madre Laura”; una fervorosa mujer que se consagró a Cristo a través del servicio a las poblaciones indígenas de su natal Colombia.
La Madre Laura fue educadora y misionera, y también poseedora de un alma muy particular que la acercó a la mística, como se evidencia en ciertas expresiones suyas: “Destrúyeme Señor y sobre mis ruinas, levanta un monumento para tu gloria”. No sin razón, Santa Catalina de Siena (1347-1380) fue su mayor inspiración. La Madre Laura quiso llevar como religiosa el nombre de la santa italiana e incluso quiso que la congregación que fundó llevara también el nombre de la célebre mística dominica.
Hoy, Santa Laura Montoya es considerada patrona del magisterio colombiano.
La familia: formación y perdón
Laura Montoya Upegui es considerada la primera santa colombiana. Nació en 1874, en Jericó, Antioquia, departamento del noroeste de la República de Colombia. Creció en el seno de una familia católica y tuvo dos hermanos. Cuando tenía tan solo dos años, su padre murió asesinado en un trágico incidente durante la Guerra Civil Colombiana, dejándola a ella en la orfandad y a su familia sumida en la pobreza.
En medio de aquella tragedia, Laura aprendió la importancia del perdón. Un día “Laurita” -como le decían de pequeña- le preguntó a su madre quién era esa persona por la que siempre rezaban; entonces ella le respondió, sin ambages, que se trataba del hombre que asesinó a su papá. La inesperada respuesta marcó la vida de Laurita para siempre.