ROMA,
Tres años después del homicidio de sacerdote italiano Fausto Tentorio, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), que fue asesinado por un sicario el 17 de octubre de 2011, en la isla de Mindanao, "todavía estamos aquí para pedir justicia por su muerte, aún no conocemos el móvil del asesinato y no hay ningún proceso en los tribunales. El caso sigue sin resolverse".
Lo afirma una nota enviada a la agencia vaticana Fides por el P. Peter Geremia, PIME, hermano de comunidad del misionero asesinado y líder de un movimiento formado espontáneamente a raíz del asesinato, llamado "Justicia para el Padre Pops" (como se llamaba afectivamente al misionero).
En la nota enviada a Fides, los miembros del movimiento (católicos, activistas, indígenas, misioneros, abogados) expresan su profunda decepción por la lentitud de las investigaciones que se han confiado a un equipo especial, a cargo de los "casos sin resolver", que se ocupa de numerosos homicidios extrajudiciales ocurridos en el país.
Las investigaciones aún no han producido resultados. El Movimiento se ha activado informando a la policía de una serie de personajes a los que investigar, como el líder del grupo paramilitar "Bagani", que operaba en la zona de Arakan (provincia de Cotabato del Norte), donde fue asesinado el misionero, y el capitán Mark Espiritu, comandante de una compañía de las Fuerzas Especiales de Filipinas, que podría estar involucrado.
Incluso las familias de los testigos involucrados en la investigación - ahora bajo vigilancia - están exasperados, señala el movimiento, y les gustaría volver a una vida normal.