La joven de 29 años ha sido diagnosticada con tumor cerebral avanzado, y en abril se le dio un pronóstico de seis meses de vida. No mucho después, luego de estudiar sus opciones, Brittany y su familia dejaron su hogar en el estado de California (Estados Unidos) y se mudaron al estado de Oregon, donde ella podía pedir un suicidio asistido por un médico, apelando a la ley de Muerte con Dignidad.
Ella lleva un medicamento en su cartera que la matará si lo ingiere. Si cambia de opinión, no tomará las pastillas.
En un artículo de opinión publicado por CNN, Brittany dijo que "he tenido el medicamento durante semanas. No soy una suicida. Si lo fuera, habría consumido ese medicamento hace mucho tiempo. No quiero morir. Pero estoy muriendo. Y quiero morir a mi manera".
Algunos estados al sur y al oeste, en el estado de Colorado, Kara Tippetts se está preparando para el final de su vida.
Ella sabe que sucederá más pronto que tarde. Kara, como Brittany, siente un gran sufrimiento. Ha estado batallando una forma agresiva de cáncer de seno por dos años, que ha hecho metástasis en todo su cuerpo.
El cáncer se lo diagnosticaron a los 36 años, y desde entonces ha tratado de pasar el mayor tiempo posible con sus cuatro pequeños hijos y su esposo, Jason.