PARIS,
Mons. Michel Santier, Obispo de Crétiel (Francia) anunció la apertura de la investigación de un posible milagro que abriría el camino para la canonización del Beato Jerzy Popieluszko, sacerdote polaco asesinado por el régimen comunista en 1984. Se trata de la repentina curación de un hombre a punto de morir a causa de un cáncer en un hospital francés.
El anuncio fue hecho durante una misa celebrada en el monasterio de la Anunciación de Thiais, en el departamento francés de Val-de-Marne. Al respecto, el Obispo dijo a Radio Vaticano que "uno siempre es demasiado pequeño para una gracia así; ante el paso de Dios, uno se siente pequeño". El Prelado había confiado su diócesis precisamente a la intercesión del mártir polaco durante un viaje a Polonia, un año antes de esta curación, el 14 de septiembre de 2012.
La curación ocurrió en el hospital Albert-Chenevier, en un hombre que tenía un cáncer. Según el Obispo de Créteil, "los médicos habían decidido suspender el tratamiento y le habían dicho a su esposa que era el final. Ella ya había comenzado a preparar el funeral", pero una hermana polaca de la capellanía del hospital la convenció para que acudiera a un sacerdote.
"El Padre Bernard Brien, que acababa de ser ordenado sacerdote en "vocación tardía" y había nacido el mismo día que el mártir polaco (el 14 de septiembre de 1947), le dio el sacramento de los enfermos y terminó sacando una imagen del padre Popieluzko. Rezó, se dirigió al Señor diciendo: "Hoy es nuestro cumpleaños. Tienes que hacer algo, es el momento de intervenir".
En unos instantes, el moribundo abrió los ojos. A la mañana siguiente, la hermana fue a visitarlo; vio que no estaba en su cama y creyó que había fallecido. Después le vio de pie caminando. El informe de los médicos constató que ya no tenía células cancerígenas", relata el Prelado.
Corresponde al Ordinario del lugar, en este caso el obispo de Créteil, anunciar oficialmente la apertura de la investigación para la canonización del padre Popieluszko. "La hermana polaca estaba muy contenta, fue ella quien informó a Varsovia", recuerda Mons. Santier.