MADRID,
Cientos de niños en Togo, Congo y Sierra Leona son mutilados, maltratados y echados de sus casas acusados de ser brujos. Se trata de una creencia muy extendida en los ámbitos rurales que surge para explicar y encontrar un culpable ante enfermedades, muertes y desprestigio en el clan o la familia.
Influenciados por las sectas acusan a los más débiles, en su mayoría niños, viudas, ancianos y huérfanos, de ser brujos y por lo tanto los causantes de esas desgracias. Tan sólo en 2013, más de mil niños fueron acusados de brujería en la región de Kara (Togo).
Misiones Salesianas pretende sensibilizar y dar a conocer la realidad de miles de niños en África a través del reportaje 'Yo no soy bruja' en donde también muestra el trabajo que la Iglesia católica a través de esta congregación para salvar a los más débiles de la muerte.
José Luis de la Fuente es misionero salesiano y uno de los protagonistas de este documental. Lleva 8 años trabajando en Togo para acabar con esta superstición, por lo que recoge de la calle a niños y los salva de la estigmatización social, la mutilación, la soledad y la muerte.
De la Fuente los lleva al albergue y la escuela que los salesianos tienen para niños en situación de exclusión.
"Todo lo que se sale de la norma, dentro de una cultura, hay que explicarlo con los conceptos que tiene esa cultura y se busca una causa o un culpable, en este caso un brujo", explica de la Fuente.