LINCOLN,
El Obispo de Lincoln, Nebraska, Mons. James Conley, afirmó que la preparación para el sacramento del Matrimonio comienza en la vida familiar mucho antes que la pareja se una y pidió no pasar por alto este asunto al momento de analizar la problemática del divorcio.
En una entrevista concedida al Grupo ACI, el Obispo expresó que "en casi treinta años de ministerio, he aprendido que ningún sacerdote puede preparar adecuadamente a una pareja para el matrimonio en los meses que dispone antes de la boda. La preparación real para el matrimonio comienza en el hogar, con el testimonio de padres casados y amorosos ??que abrazan la santa vocación a la vida familiar".
Aunque el deber del sacerdote con la pareja pronta a casarse por la Iglesia es ayudarlos a "abrazar el llamado del matrimonio" y "rechazar las mentiras del mundo sobre las falsas relaciones" como la anticoncepción, el divorcio, la cohabitación y el "matrimonio de prueba", el sacerdote dispone de unos pocos meses para hacerlo a diferencia de la familia que dispone de años.
La formación para ser un esposo y esposa fiel, así como la formación para cualquier vocación, comienza en el hogar donde al niño "se le enseñó a creer en un Dios misericordioso y digno de confianza".
El Obispo señaló que actualmente muchas personas provienen de hogares rotos donde ese amor no se entregó, lo que hace difícil para el sacerdote transmitir en un corto período de tiempo la importancia y la santidad del matrimonio antes de que la pareja se case.
"Familias rotas engendran más familias rotas, matrimonios rotos engendran más matrimonio rotos", aseguró Mons. Conley.