ROMA,
El Papa Francisco visitó el domingo 21 de septiembre Albania, la tierra que vio nacer a la Madre Teresa de Calcuta. La beata perdonó al dictador comunista que no le permitió entrar en el país para despedirse de su madre en sus últimos días de vida.
Mons. Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del Pontificio Consejo Cor Unum, quien llegó a conocer a Madre Teresa, describió a ACI Prensa el conmovedor gesto de la fundadora de las Misioneras de la Caridad.
La Madre Teresa nació en 1910 en la antigua Skopie, una ciudad que entonces pertenecía a Albania y que hoy pertenece a Macedonia. Su padre murió, y su madre y su hermana se mudaron a Tirana, donde murieron y fueron sepultadas.
En el país se instauró una dictadura comunista que duró por 50 años, y a partir de 1967 prohibió por Constitución todo tipo de manifestación religiosa. Muchos religiosos fueron fusilados, otros internados en campos de concentración y de trabajos forzados, otros encarcelados y a otros, como a la Madre Teresa, no le dejaron nunca regresar a su país.
"Madre Teresa nunca logró un permiso de Albania para ir a visitar a su madre, ni siquiera cuando murió. Apenas se abrió la frontera, lo primero que hizo fue ir a llevar un ramo de flores a la tumba de su madre y su hermana en el cementerio municipal de Tirana. Pero antes fue a la tumba del dictador Enver Oxha, quien también estaba enterrado allí. Depositó las flores ante los restos del dictador e hizo una oración", afirmó Mons. Tejado.
"Es una historia que pocos conocen, pero que dice mucho del alma de Madre Teresa, de su corazón, de quién era ella. La Madre Teresa no era una simplemente una filántropa, sino que todo lo que hacía, lo hacía por amor a la Iglesia, a Jesucristo, y de ahí nacían estas anécdotas", subrayó.