TIRANA,
El Papa Francisco dirigió un discurso a los líderes de otras religiones y de otras denominaciones cristianas de Albania, a quienes recordó la importancia de la libertad religiosa y a quienes alertó que cuando se quiere expulsar a Dios de la sociedad se termina adorando ídolos; y la dignidad del hombre y sus derechos terminan siendo pisoteados.
En sus palabras en la universidad católica Nuestra Señora del Buen Consejo, el Santo Padre dijo que "Albania ha sido tristemente testigo de la violencia y de las tragedias que se pueden producir si se excluye a Dios a la fuerza de la vida personal y comunitaria. Cuando, en nombre de una ideología, se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde, su dignidad es pisoteada, sus derechos violados".
"Ustedes saben bien a qué atrocidades puede conducir la privación de la libertad de conciencia y de la libertad religiosa, y cómo esa herida deja a la humanidad radicalmente empobrecida, privada de esperanza y de ideales".
El Papa dijo luego que desde la caída del comunismo en 1991, se logró reavivar tradiciones "que nunca se habían apagado del todo, a pesar de las feroces persecuciones, y ha permitido que todos, también desde sus propias convicciones religiosas, puedan colaborar en la reconstrucción moral, antes que económica, del país".
El Papa recordó luego que fue San Juan Pablo II quien en su visita en 1993 explicó la importancia de la libertad religiosa, que cuando es verdadera "rehúye la tentación de la intolerancia y del sectarismo, y promueve actitudes de respeto y diálogo constructivo".
"No podemos dejar de reconocer que la intolerancia con los que tienen convicciones religiosas diferentes es un enemigo particularmente insidioso, que desgraciadamente hoy se está manifestando en diversas regiones del mundo".