TIRANA,
Centrada en la memoria de los mártires, la visita de un día del Papa Francisco a Albania el domingo 21 de septiembre busca restaurar los lazos del país con sus raíces católicas, que han sido interrumpidas por el comunismo y la secularización.
Tirana, capital de Albania, se prepara para recibir al Santo Padre con una serie de imágenes de los mártires nacionales colocadas en una de sus principales calles. "La visita del Papa Francisco, junto con esas imágenes en el bulevar, busca restaurar una realidad interrumpida de una Iglesia que ha sufrido y vivido el martirio", afirma el P. Matteo De Fiore, Rector de la Casa Salesiana de Tirana.
El sacerdote resaltó que "si la Iglesia Católica se hace consciente de esta realidad, podría tener más impacto que nadie. Cuando yo recién llegué a Albania en 1998, la memoria de los mártires aún estaba viva. Pero ahora, ya no siento esa fuerza alimentada por esa memoria".
"Las fuerzas de la secularización han afectado a los sociedades cristianas más que el comunismo", añadió.
Los orígenes de la Iglesia se remontan al Apóstol Pablo, que escribió que fue a evangelizar 'Illiria', el actual territorio albanés. En el siglo I ya había una jerarquía establecida en la región y en el siglo IV ya había al menos cinco territorios administrados por un obispo en Albania. En la Edad Media, el catolicismo se fortaleció por la fuerte presencia de los benedictinos, los dominicos y los franciscanos.
En 1643 la Congregación para la Propagación de la Fe envió diversos misioneros al país. Con esta fuerte impronta evangelizadora, Albania era un país cristiano. En el siglo XV, todo el país era cristiano y tres cuartas partes de la población era católica.