VATICANO,
El Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de la Beata María Cristina de la Inmaculada Concepción -en el siglo Adelaide Brando-, fundadora de la Congregación de las Religiosas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado que promovió fuertemente la adoración eucarística.
La religiosa italiana nacida en Nápoles el 1 de mayo de 1856, promovió fuertemente la adoración de la Eucaristía en reparación de los pecados cometidos contra el Sagrado Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento, en particular por las comuniones recibidas en pecado y por las Misas pésimamente escuchadas.
Para estar más cerca del Sagrario, con el espíritu y con el cuerpo, mandó construir una celda contigua a la iglesia.
Fue muy intensa su espiritualidad reparadora, hasta el punto de que se convirtió en el carisma de su congregación. Explicó que "el fin principal de la Obra es la reparación de los ultrajes que recibe el Sagrado Corazón de Jesús en el santísimo Sacramento, especialmente las muchas irreverencias y descuidos, comuniones sacrílegas, sacramentos recibidos indignamente, misas mal escuchadas, y, lo que amargamente traspasa aquel Corazón santísimo, es que muchos de sus ministros y muchas almas consagradas a él se unen a esos ingratos".
"A las Adoratrices perpetuas el divino Corazón de Jesús ha querido encomendarles el dulce y sublime oficio de víctimas de perpetua adoración y reparación a su divino Corazón horriblemente ofendido y ultrajado en el Sacramento del amor", afirmó la futura santa.
Falleció en Casoria (Italia) el 20 de enero 1906. Fue beatificada por San Juan Pablo II el domingo 27 de abril de 2003, durante la Misa celebrada en la Plaza San Pedro con ocasión del segundo Domingo de Pascua, solemnidad de la Divina Misericordia.