Cada 13 de septiembre la Iglesia Católica celebra a San Juan Crisóstomo (347-407), patriarca de Constantinopla, Padre y Doctor de la Iglesia, patrono de los predican el Evangelio.
‘Boca de oro’
El apelativo “crisóstomo” empezó a usarse para hablar de Juan de Antioquía -nombre con el que se le conocía al santo- aproximadamente un siglo después de su muerte, como un reconocimiento a su elocuencia, a la belleza y profundidad de su predicación, y a la potencia retórica de sus escritos.
“Crisóstomo” puede traducirse como “boca de oro” (yuxtaposición de dos términos griegos: chrysós, 'oro', y stoma, 'boca'). San Juan de Antioquía fue obispo (patriarca) de Constantinopla y es considerado uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente. Al mismo tiempo, se le ha reconocido habitualmente como uno de los más excelsos oradores de todos los tiempos.
Pastor recto y solidario
San Juan Crisóstomo nació en Antioquía en el año 347, y se bautizó a los 23 años.