ROMA,
La labor pastoral en un país de mayoría musulmana es "ciertamente todo un desafío", afirmó el sacerdote Luis Montes, que desde hace años acompaña a los fieles católicos en Bagdad (Irak), y que hoy enfrenta el reto de apoyar a los cristianos que huyen de la violencia del Estado Islámico (ISIS).
En declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesitada, el P. Montes indicó que la realidad que vive la Iglesia local es "algo totalmente diferente de lo que nosotros conocemos en Occidente", y es que mientras en las naciones donde predomina el cristianismo es posible manifestar públicamente la fe, en Irak "es todo más a cuenta gotas: no se pueden realizar actividades pastorales fuera de la iglesia, como por ejemplo procesiones".
"Aquí los cristianos no tienen nada de eso. Todo nuestro apostolado es dentro de la iglesia, todo más reducido, con menos fieles y con mucha gente que es hostil al cristianismo", expresó.
Sin embargo, a esto se suma la inseguridad que vive el país hace años, desde antes de la aparición del Estado Islámico. "Desde hace años se calcula que hay unos veinte atentados por día en Irak. En Bagdad hay casi todos los días atentados en las calles. Esto ciertamente crea un escenario peligroso".
"Nosotros –indicó-, vivimos en un lugar donde los cristianos no pueden vivir su fe libremente, donde son minoría y donde son discriminados en la práctica. Es un lugar donde hasta los niños sufren discriminación en las escuelas. Esto sumado a la situación de inseguridad y violencia de un país que vive la posguerra. Es un desafío grande para nosotros, para hacer que el Evangelio siga vivo".
A pesar de esto y con la llegada de los refugiados, la Iglesia local trata de hacer de todo. "Seguimos realizando la misma acción pastoral de siempre para ofrecer un sostenimiento espiritual, solo que con mayor dificultad para llegar a todos. En cuanto a la ayuda humanitaria, estamos tratando de conseguir ayuda para cubrir las necesidades básicas y también coordinamos su distribución. Este es nuestro día a día".