ROMA,
Miles de personas, junto a obispos, religiosos y decenas de diplomáticos, participaron este miércoles al funeral de las tres misioneras javerianas asesinadas el domingo en su convento en Burundi, para expresar su agradecimiento por los años que dedicaron al servicio de los más pobres.
Ayer fue detenido el hombre que asesinó a las hermanas Olga Raschietti, Lucia Pulici e Bernardetta Boggian. Asimismo, se informó que el Presidente de la Conferencia Episcopal de Burundi, Mons. Gervais Banshimiyubusa, ha pedido una comisión independiente que descubra la verdad de esta brutal agresión, pues no es convincente la declaración del asesino, quien dice actuó luego de descubrir que el convento está en un terreno que es de su familia.
Luego de la ceremonia, los cuerpos de las tres religiosas fueron trasladados a Bukavu, en la República Democrática del Congo, donde realizaron labor pastoral antes de llegar Burundi. Mañana serán sepultadas en el cementerio de Panzi, junto a otros misioneros que han muerto o fueron asesinados en África.
El sacerdote javeriano, P. Rubén Macìas, dijo a Radio Vaticana que "hay sentimientos encontrados porque fueron asesinadas con una violencia, una crueldad inimaginable…Eran de las hermanas llenas de amor. En esta ceremonia queríamos proclamar que el amor vence a pesar de todo".
Dijo que el arresto del asesino "ha dado un poco de alivio a nuestros corazones, pero esa violencia no puede vencer al amor que las religiosas han dado en vida, por más de 40 años, al África".
Asimismo, rechazó la confesión del asesino, de que las religiosas vivían en un terreno de su familia. "¡Eso es una mentira! Las hermanas no tenían propiedad. Vivían en la propiedad de la parroquia que pertenece a la Diócesis", expresó.