VATICANO,
"La Iglesia se comporta como Jesús. No nos da lecciones teóricas sobre el amor, sobre la misericordia", sino que la pone en práctica, afirmó este miércoles el Papa Francisco durante la Audiencia General, en la que alentó a los fieles a ser misericordiosos especialmente con los que no pueden correspondernos, "como ha hecho el Padre con nosotros, donándonos a Jesús".
"Así Iglesia es la Madre, enseñando a sus hijos las obras de misericordia. Ella ha aprendido de Jesús este camino, ha aprendido que esto es lo esencial para la salvación", afirmó el Papa a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
A continuación la catequesis completa gracias a la traducción de Radio Vaticana:
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
En nuestro itinerario de catequesis sobre la Iglesia, estamos considerando que la Iglesia es madre. La vez pasada hemos subrayado cómo la Iglesia nos hace crecer y con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios, nos indica el camino de la salvación y nos defiende del mal. Hoy quisiera subrayar un aspecto particular de esta acción educativa de nuestra madre Iglesia, es decir, cómo ella nos enseña las obras de misericordia.
Un buen educador se concentra en lo esencial. No se pierde en los detalles sino que quiere transmitir lo que verdaderamente cuenta, para que el hijo o el alumno encuentren el sentido y la alegría de vivir. Es la verdad. Y lo esencial, según el Evangelio, es la misericordia. Lo esencial del Evangelio es la misericordia. Dios ha enviado su hijo, Dios se ha hecho hombre para salvarnos, es decir, para darnos su misericordia. Lo dice claramente Jesús, resumiendo su enseñanza para los discípulos. "Sean misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso". ¿Puede existir un cristiano que no sea misericordioso? No. El cristiano necesariamente debe ser misericordioso, porque esto es el centro del Evangelio. Y fiel a esta enseñanza, la Iglesia no puede más que repetir la misma cosa a sus hijos: "Sean misericordiosos", como lo es el Padre y como lo ha sido Jesús. Misericordia.