ROMA,
Salvatore D'argento, un hombre con el cuerpo casi completamente paralizado, logró llegar hoy a la audiencia general del Papa Francisco, tras realizar un desplazamiento de gran riesgo, porque quería experimentar por su cuenta la singularidad del Santo Padre.
En declaraciones a ACI Prensa este miércoles, Salvatore D'argento dijo que asistió a la audiencia debido a "la personalidad del Papa Francisco. Él no es un Papa común".
Confinado a una cama desde los 24 años debido a un accidente mientras practicaba judo, el italiano, ahora de 40 años, fue el primero en ser saludado por el Papa Francisco cuando este salió a dar la bienvenida a los peregrinos.
Al descender de su papamóvil para bendecir a D'argento, postrado en una camilla, el Papa Francisco se le acercó, le dio unas suaves palmaditas en la cabeza e intercambió algunas palabras con él, para luego saludar a su madre y darle su bendición.
La madre de Salvatore fue la intérprete de Salvatore -capaz de mover sus labios pero sin poder emitir sonido alguno-, quien expresó que "no hay palabras adecuadas para describir" el encuentro con el Papa Francisco.
"Él es una persona que necesitas conocer. Una persona única", dijo D'argento.