ROMA,
Como en todas las guerras, los niños de la Franja de Gaza llevaron la peor parte del último conflicto en la región. Lo sabe bien el Padre Jorge Hernández, misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) y párroco de la iglesia de la Sagrada Familia, quien recurrió a toda su creatividad para asistir a los fieles durante los ataques.
"Esta guerra fue superior a todas las anteriores. Hemos podido experimentar cosas que desgarran el corazón. Niños que por el miedo se les cae el pelo, enormes traumas, adolescentes que no se despegan de sus padres ni para andar por su propia casa", recordó en una entrevista concedida a ACI Prensa/EWTN Noticias en Roma el 1 de septiembre.
"He recibido llamadas constantes de mis parroquianos: 'Padre, no sé qué hacer, no puedo dominar la situación, mis hijos lloran, y no sé cómo salir de esto", afirmó el P. Hernández.
Para sobrevivir a los 52 días de guerra en Gaza, el P. Hernández pidió a los padres de familia echar mano de la imaginación, animando a las familias a improvisar algún juego que distrajera a los pequeños durante los ataques israelíes.
"Por ejemplo, si escuchamos una bomba tenemos que saltar y aplaudir. En otros momentos se echa mano de la música. Es fuerte lo que estoy diciendo, pero al ritmo de las bombas dar palmas o bailar. Todos métodos improvisados para evitar justamente los males a los niños", explicó.
"Basta pensar una cosa: un niño de seis años en Gaza ya ha vivido tres guerras. ¿Cómo desarrolla un niño así su afectividad y su crecimiento espiritual y psíquico? ¿En medio a tanta violencia, si pierde a su papá o a su mamá en la guerra? Esto es lo más corriente. ¿Qué se puede esperar de una situación de violencia? Quienes sufrirán el bloqueo de Gaza no son solo las personas mayores, sino los niños, las generaciones futuras", lamentó.