Es posible que usted haya visto al menos un video esta semana de alguien echándose encima un balde de agua helada y desafiando a otros a que hagan lo mismo.
El hoy viral "ice bucket challenge" (desafío del balde de agua helada), fue iniciado por la ALS Association, una asociación líder en financiar investigaciones para la prevención, tratamiento y una eventual cura para la esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés).
En ocasiones nombrada como la "enfermedad de Lou Gehrig", la esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neuro-degenerativa letal, para la cual no existe un tratamiento o cura probada.
Pero cuando Jim Rigg, superintendente de las Escuelas Católicas de la Arquidiócesis de Cincinnati (Estados Unidos), aceptó el desafío del balde de agua helada, el 20 de agosto, la arquidiócesis anunció que su donación iría para el Instituto de Investigación Médica Juan Pablo II, en Iowa City, en vez de la fundación que inició el desafío.
En un comunicado realizado el 20 de agosto, la arquidiócesis estadounidense expresó su preocupación por el apoyo de la ALS Association a la investigación de células madre embrionarias, lo que requiere de la destrucción de seres humanos en etapa embrionaria.
"La arquidiócesis no está disuadiendo a los católicos de hacer donaciones, sino que los está alentando a estar completamente informados y hacer sus propios juicios prudenciales", indicó el comunicado.